Aunque ya no esté físicamente, su forma de trabajar, sus valores y su humildad viven en cada rincón de nuestra fábrica. Él nos enseñó que la honestidad y el esfuerzo diario valen más que cualquier éxito momentáneo.

Este oficio no es solo nuestro trabajo, es parte de quienes somos. Diseñar y fabricar muebles está en nuestra sangre, en nuestras manos, en nuestra historia. Y cuando uno hace lo que ama, el trabajo se transforma en pasión.

Hoy podemos decir que durante más de 70 años, más de 100.000 personas confiaron en nosotros para hacer de sus casas un hogar. Esa confianza, ese vínculo, es lo que nos hace seguir adelante. Y saber que todo esto nació en el pequeño taller de una casa, hace que cada logro tenga todavía más sentido.